La niña caprichosa

7 Ago

Ayer mi escasa memoria produjo un cataclismo. «Es que estas cosas sólo te pasan a ti». Una ya lo sabe e incluso se lo dice, pero le fastidia que se lo digan los demás.

Santa Teresa llamaba a la imaginación la loca de la casa. Pero, ¿y ese otro sentido interno, la memoria? Se me ocurre que es una niña caprichosa que olvida lo importante y retiene lo insustancial, lo absurdo, lo dañino. Incluso se dedica a provocar a la imaginación para que se desquicie un poco.

“De lo que te interesa bien que te acuerdas”, decían nuestras madres cuando una señalaba a la mala cabeza como culpable del despiste. Y es verdad, casi por completo. Pero ayer no, ayer me esforzaba por acordarme, por estar en el detalle -que es algo muy poco mío por femenino que sea-, y me equivoqué de una de esas maneras en que se desea echar atrás la moviola o que la tierra se abra bajo los pies para desligarse al fin del espacio y del tiempo.

La cosa es que por más que intento olvidarlo, no se va la sensación de congoja que casi me hizo llorar por el desaguisado. Quizá es que debo retenerlo para aprender. O quizá es el orgullo de palpar los límites. «Acepta tus límites por todas partes -decía Jean Guitton-. El límite da la forma, que es una condición de la plenitud». O cualquier otra cosa que ahora mismo no recuerdo.

4 respuestas to “La niña caprichosa”

  1. adaldrida agosto 8, 2009 a 14:00 #

    ayyyyy la memoria… 100% de acuerdo.
    Un beso, guapa.

  2. batiscafo agosto 10, 2009 a 14:00 #

    ¿Adaldrida? ¡Umm! ¿quién será esta Adaldrida? Se te echa de menos ya, ¿eh? ¿Qué tal con Lope? ¡Vuelve pronto!

  3. María Victoria agosto 11, 2009 a 14:00 #

    Me identifico con esas ganas de «tierra tragame» y de llorar desconsolada. Porque en esos momentos nunca hay nadie que te de palmaditas en la espalda? porque nos empeñamos en darle vueltas como si el solo hecho de pensar en ello pudiera solucionarlo?»le tendría que haber haber dado vueltas antes». – No pasa que si te das cuenta del desaguisado corres para intentar arreglarlo antes de que nadie pueda apreciarlo? y al final … nunca pasa nada

    Un beso y…lloralo; jaja me tienes enganchada

  4. batiscafo agosto 12, 2009 a 14:00 #

    Y peor. Muchas veces me entran tentaciones de darle al botón de «deshacer los cambios». Algún día tengo que escribir de esto si no lo hice ya.

    ¿Qué tal el trabajo? ¿Y qué se ve desde tu ventana? Recuerdos a la vecina.

    Me alegra un montón verte por aquí.

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